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Unesco: Venezuela entre las 10 reservas de biosfera mundial

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), posicionó a la Reserva de Biosfera Alto Orinoco-Casiquiare (Rbaoc), en el ranking mundial de reservas de la biosfera.

Ubicado en el estado Amazonas, esta importante zona es reconocida como una de las áreas geográficas con mayor diversidad cultural y natural de toda la región selvática.

La Rbaoc, decretada el 5 de junio de 1991, tiene como objetivo preservar su vasta biodiversidad, proteger las nacientes de los ríos Orinoco y Casiquiare, y salvaguardar el patrimonio cultural de las comunidades indígenas que habitan su territorio. Este espacio natural protegido, abarca una superficie de 8 Millones 477 mil 466 hectáreas. Dentro de sus límites se encuentran los Parques Nacionales Duida Marahuaca; Sierra La Neblina y Parima Tapirapecó; además de diversos monumentos naturales como Tapirapecó-Cerro Tamacuari; Sierra Unturán; Cerros Vinilla y Aratitiyope.

Reconocimiento internacional

La Reserva Biológica Alto Orinoco-Casiquiare fue incorporada a la Red Mundial del Programa Hombre y Biosfera (MAB) de la Unesco el 3 de diciembre de 1993. Su inclusión se debe a que constituye una de las áreas protegidas de bosque tropical más importantes del planeta. Se distingue por sus variados ecosistemas y una inmensa riqueza de flora y fauna.

Considerada la segunda de mayor extensión en Sudamérica, el área ofrece impactantes atractivos naturales. Tanto su geología como su hidrografía permiten a los visitantes el contacto directo con la naturaleza virgen de la Amazonía venezolana.

En este entorno custodiado, el público puede llevar a cabo diversas prácticas de ecoturismo, tales como el excursionismo, el paisajismo y el avistamiento de aves. Estas actividades ofrecidas por operadoras turísticas deben cumplir con la permisología emitida por el Ministerio del Poder Popular para el Ecosocialismo.

Reservas de la Biosfera – Unesco

Desde las islas volcánicas de Galápagos hasta las antiguas selvas de Yasuní, pasando por las montañas sagradas de Fanjingshan en China y los vibrantes manglares de Great Nicobar, las reservas de la biosfera demuestran que vivir en armonía entre las personas y la naturaleza es posible.

Proteger la biodiversidad, apoyar a las comunidades locales y preservar el conocimiento tradicional: estos paisajes vivos nos enseñan cómo las personas y el medio ambiente pueden prosperar juntos.

 

T/UN

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