En Ucrania se ha producido esta semana la mayor oleada de cambios de personal en los más altos niveles gubernamentales desde el inicio del conflicto con Rusia.
En los últimos días salieron de sus cargos el ministro ucraniano de Asuntos Exteriores, Dmitri Kuleba; la vice primera ministra de Integración Europea, Olga Stefanishina; la vice primera ministra de Reintegración de los Territorios No Controlados de Ucrania, Irina Vereshchúk; el ministro de Justicia, Denís Maliuska; el ministro de Industrias Estratégicas, Alexánder Kamyshin; el ministro de Protección del Medio Ambiente y Recursos Naturales, Ruslán Streléts; y el jefe adjunto del Gabinete del presidente, Rostislav Shurma.
El líder del régimen de Kiev, Vladímir Zelenski, relaciona los movimientos con la época que se avecina y considera «extremadamente importante» para el país, y por ello es necesario reforzar algunas áreas del Ejecutivo.
Sin embargo, varios medios de comunicación y políticos ucranianos consideran que los cambios en el gabinete están relacionados con la concentración de poder en manos de Zelenski y su círculo cercano.
La revista británica The Economist cree que la reorganización fue una respuesta a la caída de la popularidad del líder del país. Zelenski «habría querido un espectáculo rápido para abrirse paso en los titulares», señala un artículo reciente.
Asimismo, la publicación agrega que «él no habrá pasado desapercibida la caída masiva de la popularidad del Gobierno registrada por las encuestas en los últimos meses», añadiendo que «con las elecciones canceladas durante la guerra, esta era una de las únicas palancas de las que podía tirar».
T/RT