Tras anunciar que devolvería las islas Chagos, en el océano Índico, a la República africana de Mauricio, el Gobierno de Gran Bretaña afirmó que la soberanía de las islas Malvinas y Gibraltar “no está sujeta a negociación”, y que esta restitución no tiene “ninguna relación con otros territorios de ultramar”.
De acuerdo con medios internacionales, esta respuesta del vocero oficial del primer ministro, Keir Starmer, surgió luego de que la canciller argentina Diana Mondino, reconoció en sus redes sociales la devolución por parte de Londres y consideró que “las Malvinas fueron, son y serán siempre argentinas”, en referencia al disputado territorio en el Atlántico sur.
«Transitando el camino empezado, con acciones concretas y no retórica vacía, vamos a recuperar la soberanía plena de nuestras islas Malvinas», escribió la canciller Diana Mondino en su cuenta de X.
Sin embargo, el vocero oficial del primer ministro británico afirmó este 7 de octubre que el acuerdo con la República de Mauricio no debe ser considerado como un precedente en otras disputas, pues el caso de las islas Chagos se trató de “una situación única basada en su historia” y con las mismas circunstancias.
El 5 de octubre pasado, también la gobernadora británica de las islas, Alison Blake, se pronunció sobre la disputa e indicó que los «contextos jurídicos e históricos» del archipiélago de Chagos y las Malvinas son «muy diferentes».
«Los ministros del Reino Unido han sido muy claros durante todo el proceso en el sentido de que [el Gobierno británico] no aceptará nada que suponga el riesgo de poner en peligro la soberanía en los territorios de ultramar», indicó la gobernadora.
El acuerdo entre Gran Bretaña y la República de Mauricio contempla que se mantenga una base militar en la isla Diego García, para las operaciones estadounidenses en el océano Índico, de acuerdo con los medios internacionales.
El gobierno de Javier Milei está enfrentando críticas y cuestionamientos sobre la disputa de este territorio con Londres, que data de 1982, por supuestamente no ser lo suficientemente determinante para exigir la soberanía de las islas.