En un mundo en el que la democracia parece ceder ante los embates del autoritarismo y el individualismo, la nación bolivariana se ha erigido como un ejemplo vibrante de democracia vecinal.
Durante la décima edición de la tradicional entrevista que el reconocido periodista Ignacio Ramonet realizada cada primero de enero, el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, destacó los logros alcanzados en materia de participación popular y poder comunitario.
El Mandatario subrayó la importancia de las consultas directas que se llevaron a cabo en el transcurso del año 2024, un proceso que permitió a las comunidades decidir sobre el uso de los recursos destinados a proyectos vitales para su bienestar.
“En 2024, realizamos tres consultas directas a las comunidades, dos de ellas dedicadas a proyectos que implican la entrega de presupuestos comunitarios”, expresó el presidente Maduro.
Este enfoque revela una clara intención de empoderar a los ciudadanos, desafiando la crónica ineficiencia del viejo estado burgués.
La narrativa del Dignatario nacional se enriquece a medida que discute un caso emblemático. Ocurrió En Guatire, una región del estado Miranda, se aprobó la construcción de un muro de contención en una vía principal que había estado en peligro durante años.
“La comunidad había pedido este proyecto durante mucho tiempo. El alcalde no les brindó respuestas. Sin embargo, en nuestra consulta, el pueblo decidió y se aprobó el proyecto”, relató con firmeza el presidente.
Esta anécdota ilustra un fenómeno fundamental: cuando el poder reside en los ciudadanos, las soluciones emergen de manera rápida y eficaz.
El jefe de Estado reveló que la respuesta comunitaria fue contundente, “en sólo cuatro meses, los habitantes de Guatire construyeron el muro de contención de manera eficiente, incluso sobrando recursos para recuperar un ambulatorio y una escuela”.
“Esto demuestra que la democracia directa y la participación del pueblo son infinitamente superiores al viejo estado burgués desgastado”, continuó el presidente Maduro.
En palabras del mandatario, este de muchos ejemplos, no sólo pone en relieve el contraste entre el nuevo modelo de democracia en Venezuela y las estructuras tradicionales de gobierno, sino también resalta el potencial latente de un estado renovado que surge desde las bases.
La visión del jefe de Estado, Nicolás Maduro, sobre un nuevo Estado en construcción resuena profundamente en un contexto global donde muchas naciones enfrentan crisis de representación y participación.
“La convivencia con el viejo estado, que aún tenemos presente, es una relación extraña. No resuelve los problemas locales. La fuerza telúrica de un nuevo estado está surgiendo desde la comunidad”, concluyó el presidente.
Este llamado a la acción y a la autogestión comunitaria busca una transformación socioeconómica, y también redefine el ideal de una democracia en la que el pueblo es el verdadero protagonista.
A medida que Venezuela avanza hacia el nuevo año, las palabras del presidente se alzan como un faro que ilumina el camino hacia una democracia más profunda, inclusiva y auténtica.
En un mundo que a menudo está bajo gobiernos que desconfían del poder del pueblo, Venezuela resalta con la Revolución Bolivariana y demuestra que la participación ciudadana es la clave para el verdadero progreso.