El Poder Ejecutivo de Estados Unidos solicitó permiso a la Corte Suprema para deportar a un grupo de casi 200 migrantes venezolanos, quienes fueron acusados de pertenecer a pandillas mientras permanecen detenidos en Texas. En una presentación ante el máximo tribunal, la administración liderada por Donald Trump alegó que «serias dificultades surgieron» por la detención de 176 migrantes, quienes fueron protegidos de la deportación por una decisión de emergencia emitida por el Poder Judicial a mediados de abril.
De acuerdo a lo declarado por el procurador general, Decano Sauer, «el gobierno posee un fuerte interés en expulsar inmediatamente del país» a supuestos pandilleros, quienes «representan un peligro para funcionarios del ICE, empleados de las instalaciones [de detención] y otros reclusos». Según reportó el funcionario, un grupo de 23 migrantes aparentemente colocó barricadas en el Centro de Detención de Bluebonnet en Texas durante el pasado 26 de abril.
Poco después, el 28 de abril, la agencia Reuters dirigió un dron para sobrevolar las inmediaciones del complejo y captar imágenes de los reclusos, de los cuales, 31 se agruparon para formar las letras S.O.S. como señal de auxilio. Amerita mencionar que cuando los abogados de migrantes detenidos en Texas recibieron información durante mediados de abril, la cual aseguraba que más de 50 venezolanos iban a ser aparentemente deportados a El Salvador, se unieron para formalizar sus quejas ante la Corte Suprema.
Asimismo, la presentación de Sauer recordó que ya transcurrieron más de tres semanas desde que la corte impuso un bloqueo temporal. Nuevamente, solicitó que la justicia permitiría deportaciones bajo la Ley de Enemigos Extranjeros, no obstante, indicó que, como mínimo, la corte debería permitir deportaciones mediante otros mecanismos legales.