El presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, calificó como emocionante y un día de júbilo el acto en la Ciudad del Vaticano por la canonización del Médico de los Pobres, José Gregorio Hernández y la madre Carmen Rendiles.
“José Gregorio Hernández llega más allá de nuestras fronteras desde siempre, porque siempre fue santo. Es un día donde se ha logrado que se reconozca la fuerza de santidad que tiene el pueblo de Venezuela”, dijo el jefe de Estado desde la Casa Museo José Gregorio Hernández ubicada en la esquina de San Andrés a Desbarrancados, en La Pastora.
Agregó que la madre Carmen Rendiles también fue una gran santa y hoy es un día de júbilo para Venezuela. “Vimos toda la ceremonia del Vaticano con la bandera de Venezuela, sus ocho estrellas y el caballo galopante y verdaderamente es una reivindicación de la venezolanidad y de la identidad de nuestro pueblo”, expresó.
Recordó visita al Vaticano
El mandatario venezolano indicó que un 17 de junio de 2013 visito al Papa Francisco y llevó una estatuilla de Madera de José Gregorio Hernández al Sumo Pontífice. “Él me dijo: ¿Qué es eso Maduro? Le empecé a hablar de José Gregorio Hernández y allí comenzó una amistad por la causa de este venezolano”, expresó.
También le mandó no menos de 10 cartas con el padre Numa Molina “y el Papa Francisco se sensibilizó de tal manera que se hizo devoto de José Gregorio Hernández”, recordó.
Indicó que en este acto de canonización “se elevó plegarias por el espíritu eterno de quién será santo: el Papa Francisco, que le dio este regalo tan hermoso a Venezuela”.
Aseveró que José Gregorio Hernández es el fundador de la medicina social en Venezuela. “Fue científico y cristiano. Desarrolló al más alto nivel la fe porque oyó, atendió, amó y sanó al humilde y al necesitado que no tenía nada”, recalcó.
Finalmente, el presidente Nicolás Maduro subrayó que en la vida se debe dejar huellas palpables tal como lo hicieron José Gregorio Hernández Cisneros y la madre Carmen Rendiles. “Amor en acción y convertir la fe en Cristo en obra permanente de amor”.