40 años de la Masacre de Tazón

El 19 de septiembre de 1984, hoy hace 40 años, se vivió una de tantas violaciones a los Derechos Humanos tan comunes en la era que ahora algunos quieren vender a las nuevas generaciones como una “época feliz”. Gobernaba Jaime Lusinchi.

Producto de una corrupción gigantesca e impune y a un desastroso manejo de la economía, Venezuela quedó sumergida en un endeudamiento prácticamente impagable.

La solución, para el sistema gobernante, fue, por supuesto, que la población pagara los platos rotos del festín, aunque no hubiera disfrutado del banquete. Había que reducir los “gastos suntuarios” como la salud y la educación del pueblo.

En la educación universitaria eso implicaba, entre otras cosas, subir drásticamente los aranceles que se pagaban, reducir becas, bolsas de estudios y (gran negocio) privatizar los comedores universitarios. Pero la corrupción, claro está, no se tocaba.

Los estudiantes de Agronomía y Veterinaria de la Universidad Central de Venezuela, núcleo Maracay, exigíamos se nos permitiera un derecho de palabra ante el Consejo Universitario a fin de fijar nuestra posición, contraria a la venta de nuestros comedores o al incremento de las tarifas sin antes escuchara nuestras propuestas, que incluían la posibilidad de aprovechar las estaciones experimentales para producir parte de los alimentos que necesitábamos, como ocurre en otras escuelas de Agronomía y Veterinaria en el mundo, con lo que se mejoraría nuestra formación académica y se pudiera reducir la carga económica de los comedores.

No se dio el derecho de palabra y los estudiantes, acostumbrados a defender nuestras reivindicaciones, tomamos un grupo de autobuses para marchar a Caracas a exponer nuestros planteamientos.

El rector Edmundo Chirinos se comunicó con el Ministerio del Interior, a cargo de Octavio Lepage, quien a su vez se comunicó con la Guardia Nacional de entonces, quienes desplegaron un grupo de agentes armados de fusiles de asalto para impedir la llegada de los autobuses.

Luego de discusiones entre guardias y estudiantes en el peaje de Tazón, estos últimos optaron por subir de nuevo a los autobuses, cerrar los vidrios por si lanzaban gases lacrimógenos y seguir a la UCV de Caracas, cuando se dio la orden de disparar.

Cuatro autobuses fueron alcanzados por fuego de fusiles cruzado de la GN, dejando un saldo de 35 heridos, algunos de suma gravedad, quienes 40 años después aún cargan con las secuelas de la impunidad.

Como consecuencia de lo anterior, estalló una ola de protestas universitarias a nivel nacional que llevó a cambiar drásticamente el control de los centros de estudiantes y las federaciones, hasta entonces en manos de los partidos de la izquierda parlamentaria.

Surgió un nuevo liderazgo que al poco tiempo se conectó, al principio, con las luchas posteriores por la defensa del pasaje estudiantil y más tarde enfrentó la represión durante El Caracazo y las rebeliones del año 1992. Por supuesto, la impunidad y la manipulación de la prensa hizo a las víctimas culpables, como era común en esos años.

Debemos mantener la memoria activa para que nunca se olvide de dónde venimos y recordar que este era el verdadero país que teníamos, donde los sectores populares no teníamos derecho a defender nuestros derechos.

Por eso repetimos: ¡No volverán!

T/ José Arnaldo Ayala Parés
josearnaldo59@gmail.com
Maracay / Edo. Aragua

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